Despierto, me tienen amarrada, por salir del canon,por no querer aprender a jugar su juego.
Llevo tiempo así, no sé cuánto. Quizá desde que nací, desde que tengo conciencia de existir,
de ser una y no otra, otro, desde ahí, lo percibo. ¡``Maldita´´!
No debieron de apretarme bien las tuercas, no sellaron los huecos por los que brota mi descarada esencia, y por ello, quiero volar. No es sin másque lo quiera, es que me resisto a habitar en esta cosa. Me asusta, veo sus tentáculos, afilados, me dan las mismas descargas eléctricas que a todas, a cada paso, día, año.
La vida, MI vida, debe ofrecerme algo mejor que esto, me digo inspirada por el éxtasis de la ansiada libertad. ¿Y si no es así? ¿Y si todo está marcado desde el comienzo? La verdad, no puedo saberlo, así que voy aflojando las cuerdas, a mordidas, sin descanso, nadie mira, me escapo.
Ahora ya saben que no me quedaré quieta. Recibo su odio como piedras golpeándome hasta dejarme seca. Me desean callada, sometida, con Miedo en las arterias. Quieren que vista los trajes de otras épocas, que permanezca ausente en la escena, que recite sus monsergas, descarnada, polvo en la tierra.
Y si no fuera por ella, por las de antes, por todas las de después, puede que hubieran podido inmovilizarme, calmar mi hambre de independencia y conseguir su meta. Pero, ella, ellas, me dieronhabitaciones desde las que luchar, agujeros por los que ver y salir a bailar la vida a mi manera.
Austen, con su ojo crítico, sus Elizabeth, Emma, Marianne, construyó un pivote desde el que tramar la alegría y coger el impulso de la fuerza. Imaginó otras formas de existencia. Dibujó las grietas.
Por eso te escribo a ti, Jane, querida:Gracias por revolver las piezas.
Autora: Alana García Ferreras