Susan es una joven que vive en un paradisiaco paisaje verde de la Inglaterra más rural. Es ajena a los problemas que rodean al mundo cosmopolita y urbano.
Para ella su vida es idílica. Cuando llega alguna triste noticia de ese mundo exterior a su burbuja siempre encuentra justificaciones para aquellas desdichadas noticias, antepone prejuicios para no sentirse culpable por pensar de ese modo.
El lugar donde vive es un punto prácticamente inexistente en el mapa del mundo, un lugar donde la juventud es cada vez menor y cuya principal preocupación de los padres que aún poseen hijas jóvenes es que encuentren a algún muchacho adinerado que sepa mantener las tierras familiares. El pensamiento decimonónico aún cubre con su manto a esta pequeña aldea rural que en plenos años treinta todavía considera deshonroso que una mujer pasee sola a ciertas horas de la tarde.
Susan, educada desde niña en un ambiente conservador y religioso, ve que todas aquellas barreras interpuestas a la libertad de una mujer forman parte de un afán de protección de su honor y del de sus familias.
Las guerras, las desigualdades sociales, las injusticas de un mundo en plena transformación le son indiferentes, no las conoce y tampoco se interesa por ellas. Le han planteado una forma de vida en la que todo ello no tiene cabida.
Un extraño circo ha llegado a la aldea, es extravagante e incluso algo tétrico, es como una especie de lugar oscuro cuyos miembros se cuelan a hurtadillas por las casas de las gentes que habitan el pueblo y sacan a la luz los más oscuros secretos.
Susan lleva días pensando en ir a visitar EL CAMPAMENTO NORTHANGER, el nuevo circo. Una vez en la puerta ve una carpa muy parecida a la tela de una araña. Una chica la recibe con voz dulce y le entrega un libro, diciéndole:
—LA ABADÍA DE NORTHANGER, uno de los libros de la que fue nuestra principal benefactora hace más de cien años. Ahora te llevaré a hacer un pequeño recorrido por las historias ocultas de tu pueblo que nunca has conocido.
Susan parece hipnotizada y corre tras esa mujer que comienza a abrir unas extrañas puertas.
En la primera el párroco aparece en la cama con la viuda de Jefferson, un joven terrateniente, al que enviaron a una clínica en la que murió injustamente por sus presuntos desvaríos sexuales.
La segunda puerta que se abre es una imagen dantesca; el prestigioso abogado del pueblo abusa sexualmente de su hija.
Y la tercera de las puertas hace que Susan reconozca por fin la cruel realidad en la que está viviendo; su madre es golpeada sin descanso por su propio padre.
Autora: Carmen Galvañ Bernabé