EL SECRETO DE LAS PALABRAS
- Abierto Hasta el Amanecer
- 11 jun 2018
- 2 Min. de lectura
Una niña de pelo castaño baja despacio las escaleras de su casa, procurando no hacer ruido, no quiere despertar a sus padres ni a sus hermanos. Empuja lentamente la puerta de la biblioteca y se acerca de puntillas al secreter, tratando de no tropezar con nada. Aunque sabe que eso no va a pasar porque se conoce ese sitio como el Padre Nuestro, es su lugar preferido en el mundo. Enciende el quinqué y con una sonrisa traviesa abre los cajones de la mesa. En busca de sus papeles y la estilográfica.
La muchacha de pelo castaño revuelto y de grandes ojos verdes admira la pluma y se concentra, dejando que la historia llene su cabeza, y que los personajes, a los que ya entiende como si fueran su propia hermana Cassandra, se apoderen de su voluntad. Cuando se ha concentrado lo suficiente escribe. La pluma se desliza por las cuartillas a un ritmo vertiginoso, sin preocuparse de deletrear bien las palabras; solo de la historia, la que quiere contar desde hace días, desde que leyó esa magnífica novela ‘Desengaños amorosos’ de la autora española María Zayas y descubrió algo que nunca se había planteado: las mujeres también pueden ser escritoras.
Esa idea se le ha grabado a fuego en la cabeza; la chiquilla castaña, de ojos verdes y mirada decidida se siente libre cuando escribe, pero todavía no está preparada para escuchar las burlas de sus hermanos. Por eso prefieres escribir de noche. A escondidas. Sin que nadie la moleste. Ella no lo sabe, pero mientras mueve la mano y murmura los diálogos de sus personajes una sonrisa ilumina su rostro, y sus ojos se ‘mojan’ por la emoción de lo que está creando. Su expresión cambia cuando escucha chirriar la puerta de la biblioteca. Estaba tan concentrada que no oyó los pasos que se acercaban.
La pequeña se lanza a apagar el quinqué; pero ya es tarde, Francis, su hermano, está delante de ella.
– ¿Qué haces?-le pregunta autoritario
–Nada- contesta la niña esquiva mientras se aprieta inconscientemente los papeles contra el pecho
–Déjame ver eso
Con un pequeño empujón Francis desestabiliza a su hermana mayor y le roba una de las cuartillas que lee en silencio
La chiquilla se queda paralizada, con los ojos anegados por las lágrimas, su hermano ahora conoce su secreto. Francis termina de leer y levanta los ojos
–¿Y bien?
–¿Y bien qué?– grita la niña roja de ira y vergüenza.
–Quiero saber cómo sigue la historia
La pequeña, de nombre Jane, levanta la cara, ahora sonriente, y le da un gran abrazo a su hermano. Va a ser escritora.
Autora: Covadonga Rodríguez Juan





Comentarios